Cuando alguien nos hizo algo, o creemos que así fue, pasamos la mayor parte de nuestras vidas sintiéndonos ofendidos por lo que nos pasó, pero si analizamos cada suceso con claridad y calma, finalmente nos vamos a dar cuenta de algo que nos cambiará la vida... ¡Nadie nos ha ofendido!
Lo que ocurrió realmente es que lo que esperábamos respecto a esa persona, nuestras expectativas, no fueron colmadas, entonces entramos en conflicto.
Lo que esperamos de las personas está sólo en nuestro imaginario, y no porque nosotros creamos que las cosas deberían ser así han de serlo.
Por lo tanto tenemos que aprender a dejar que los demás sean como son y tratar de vivir en armonía con eso, así nuestra existencia no se verá afectada y nuestro cuerpo conservará la salud, elemento vital para la existencia.
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